La Retinopatía del Prematuro (ROP) es una enfermedad que puede ocurrir en niños nacidos antes del término (37 semanas de embarazo), sobre todo aquellos con peso muy bajo y tratamiento con oxígeno; a causa de la inmadurez de la retina al nacer se produce un desarrollo anormal de los vasos sanguíneos de la retina que en los casos más graves puede llevar a daño severo y ceguera
La retina es la capa interna del ojo, membrana muy especializada sensible a la luz, que recibe las imágenes, las convierte en estímulos eléctricos que envía al cerebro a través de la vía óptica (“cable” que conecta el ojo con el cerebro) donde son convertidos en “visión”.
Cuando un bebé nace antes de tiempo, los vasos sanguíneos de la retina no han terminado de formarse; entre más prematuro y más bajo el peso al nacer, mayor inmadurez retinal y más riesgo de desarrollar enfermedad. Por fortuna, la mayoría de veces la retinopatía se resuelve en forma espontánea, esto es sin tratamiento y sin que deje secuelas en el ojo. Sin embargo cuando es severa es una enfermedad grave que si no es detectada y tratada en forma oportuna puede causar graves perjuicios a la salud visual.
La Retinopatía del Prematuro es la primera causa de ceguera prevenible en niños. Es por ello que las políticas de salud de todos los países se preocupan por establecer programas de tamizaje (examen de retina) para valorar a pacientes en riesgo y poder así detectar y tratar oportunamente los casos que lo requieran. En Colombia, el ministerio de Salud ha dado a este tema la importancia que merece y trabaja para que todas las unidades de Recién Nacidos tengan un programa de tamizaje eficiente.
¿Qué niños recién nacidos están es riesgo?
El peso y la edad gestacional (tiempo de embarazo en semanas) al nacer son los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de la Retinopatía del Prematuro. De acuerdo a su propia experiencia cada país establece los criterios de riesgo para su población y en base a ellos se diseñan los programas de tamizaje en los servicios encargados de la atención de recién nacidos.
En Estados Unidos la norma es examinar a niños nacidos con pesos inferiores a 1250gramos; la experiencia colombiana nos mostró que existía un riego significativo en niños de mayor peso y en consenso de especialistas se determinó que debe hacerse examen de Retina a todos los prematuros con peso al nacer inferior a 1800 gramos.
Otro factores de riesgo deben tomarse en consideración; la anemia, sobre todo si requiere transfusiones, la dificultad para respirar y el estado de salud general del niño recién nacido son factores que el pediatra tendrá en consideración para determinar que niños deben ser examinados.
El oxígeno suplementario, necesario en muchos casos para el manejo de estos niños, aumenta el riesgo de Retinopatía pero debe ser claro que el riesgo fundamental es la prematuridad; un aporte considerado y un monitoreo adecuado del nivel de oxígeno mejoran los índices generales del niño y disminuyen el riesgo de enfermedad retinal. La exposición a la luz no es un factor de riesgo para la enfermedad.
¿Cómo se hace el diagnóstico ?
De acuerdo al programa de tamizaje, los niños en riesgo son remitidos para examen retinal; este puede realizarse en la unidad de recién nacidos si el niño está hospitalizado o en el consultorio. El primer examen retinal debe realizarse idealmente entre la cuarta a sexta semanas de nacido.
El examen es realizado por un médico oftalmólogo, que puede ser Oftalmólogo Pediatra, Retinólogo o un oftalmólogo general con entrenamiento en este tipo de examen.
Se aplican gotas para dilatar la pupila y se utiliza un oftalmoscopio indirecto; puede utilizarse un pequeño gancho para separar los parpados (Blefaróstato) y un instrumento que deprime la pared del ojo y mejora la visualización.
Actualmente existen también equipos especiales que toman fotos digitales de la retina y permiten un diagnóstico rápido y pueden analizarse sin la presencia del oftalmólogo (Telemedicina); es una herramienta útil pero sus costos no han permitido que se use en forma extendida en nuestro país.
Los programas de tamizaje establecen que niños deben examinarse de acuerdo a su nivel de riesgo; una vez realizado el examen el médico determina que paso se debe seguir. Por fortuna, la mayoría de las retinopatías son leves y se resuelven solas; otras requieren un seguimiento estricto o tratamiento. En general, dependiendo de la zona de la retina que comprometa y la severidad de compromiso, se establecen controles periódicos que se realizan hasta que se encuentre completa la maduración de la retina o hasta que deba indicarse tratamiento.
Si el examen muestra avance de la enfermedad con compromiso de la zona más central de la retina el médico indicará tratamiento.
¿Qué tratamiento necesita el niño con Retinopatía?
Cuando la ROP llega a los criterios definidos como “Tipo 1” el riesgo de desprendimiento retinal es alto y debe hacerse tratamiento inmediato.
Este consiste en la aplicación de Laser (ablación) a la retina enferma para evitar la progresión y el daño de la parte central de la retina y preservar así la integridad de la visión. Este se hace habitualmente en la misma unidad de recién nacidos con asistencia del pediatra neonatólogo y del equipo asistencial. Cada unidad adapta sus protocolos de manejo de acuerdo a sus recursos humanos y físicos.
El tratamiento con Crioterapia se usó con buen resultado en décadas pasadas; fue reemplazado por el Laser pero puede usarse en algunas circunstancias especiales.
Los Antiangiogénicos son medicamente que inyectados en el ojo frenan la proliferación de los vasos; su uso para el manejo de ROP está aprobado y ha mostrado beneficios adicionales; su uso debe considerarse individualmente de acuerdo a cada caso.
Casos severos, cuyo diagnóstico se ha hecho tardíamente o que aún con tratamiento no han tenido buena respuesta, pueden requerir cirugía de vítreo y retina.
La mayoría de veces la respuesta al tratamiento con Laser es buena. Se observa regresión de la enfermedad y muestran un buen resultado visual. Algunos casos, por fortuna pocos, tienen un curso particularmente agresivo y a pesar de un diagnóstico y tratamiento tempranos evolucionan mal.
Los casos avanzados que requieren cirugía tienen mal pronóstico con resultados visuales generalmente pobres y aún ceguera.
¿Hasta cuándo deben examinarse estos niños?
Un niño en riesgo para ROP debe examinarse hasta que se observe maduración total de su retina.
Una vez el niño es dado de alta del programa de tamizaje deberá asistir a sus controles ambulatorios. Aún los niños prematuros que no presentaron Retinopatía o si esta se mejoró completamente, tienen mayor riesgo de tener Ampliopía (ojo perezoso), Estrabismo (desviación ), Ametropia (defectos de refracción ) o anormalidades del desarrollo del sistema visual.
La periodicidad de esos controles será determinada por el pediatra y el oftalmólogo de acuerdo al nivel de riesgo del niño.